Hablar de Golden Axe (1989) es como hablar de un pariente cercano, de un lugar de veraneo, de un amigo de toda la vida o de un primer amor. Escribir de Golden Axe es hacer un romántico ejercicio de retrospectiva en el que uno se evade y regresa a esos relajados momentos de niñez en los que apenas teníamos que preocuparnos de sacar buenas -o aceptables- notas, que no te pillen haciendo o maquinando alguna que otra trastada y de tener la botella llena de agua antes de bajarte al parque a pegar unos chutes.
Ese precioso juego, vestido de elegante negro, llamado MegaGames II es posiblemente el dispositivo de almacenamiento digital más importante en mi vida. En una época en la que no teníamos los recursos de hoy en día, un cartucho así se disfrutaba y duraba años. Hoy se agradece la gran suerte que fue poseerlo por aquél entonces.
Y ahí me crié yo, pasándome cada tarde durante un año entero ese juego del enano con el hacha. Una y otra vez, mejorando mi técnica, aprovechando cada botella de magia, alargando todo el tiempo posible mi montura...en resumidas cuentas, estrujando aquél título al máximo.
La primera vez que jugué a Golden Axe II (1991) igual pasaron cuatro o cinco años. Ya estaba yo crecidito y ya tenía alguna que otra preocupación más en mi cabeza. Recuerdo bastante bien -hasta el amigo con el que compartí partida aquella tarde- el aparente salto en calidad visual que tenía ante mis ojos. “¡Parece Saturn!” soltó mi compañero, obviamente una salida de tiesto pero fruto del haber estado tantos años jugando juntos al primero. Recuerdo las muñequeras negras de puro black metal escandinavo que le pusieron a mi querido Gilius como si de un salto 2d-3d fuera. Y no, eran dos sprites.
Y ahí se quedó una idea permanente en mi recuerdo con aquella partida y, una vez lo tuve y con las diferentes sentadas que le di: que esta segunda parte fue mejor.
Hoy, con la cabeza ya “casi” completamente amueblada, he podido ver que no era oro todo lo que reluce y que, aunque este Golden Axe II sigue siendo uno de los mejores beat’m up de toda la generación de 16 bit, no estaba la cosa tan alejada de mi primer amor.
Pero vayamos por partes: Golden Axe II aparece dos años después de su excelente primera parte. Se trata de un título muy continuista que mejora el apartado técnico y la vertiente jugable, siendo un título objetivamente más rápido y mejor animado.
Pero este es un buen -de hecho, de los mejores- ejemplos que un mejor apartado técnico no conlleva un mejor apartado artístico. Cambiar aquellos enanos del saquito por unos magos sin alma fue un error, al igual que pintar nuevos centauros por mis queridos gemelos calvos bigotudos que tantos martillazos me dieron. Es, de hecho, el mismo mini boss sólo que pintado de forma diferente. Y lo mismo pasa con los caballeros de escudo: le quitaron la cabeza a los de la primera parte en una discutible decisión artística, pero los movimientos son prácticamente los mismos. Y ya no hablemos de los dragones...¿A qué vino ese diseño de lagartos con joroba en el caso de los escupe-fuego? No estuvieron muy brillantes, la verdad. Ración de reutilización de enemigos sólo que pintados de forma algo más discutible.
Es un juego que pierde mucho de aquella “aventura fantástica” que poseía el primer título. Villa tortuga moviéndose, El águila que nos lleva en volandas al castillo...escenarios vivientes que aquí apenas tienen eco en una cueva con boca en esta segunda parte. Incluso perdemos ese guiño de los esqueletos saliendo de la tierra a las grandes obras fantásticas como es “Jason y los argonautas”. Se centraron más en la épica combate.
El juego añade una mínima capa jugable a su precuela: Las magias pueden regularse. Manteniendo apretado el botón y en función de las botellas que tengamos podemos controlar la magnitud del ataque. Esta mecánica añade un pequeño juego estratégico en el que quizás te convenga gastar una botella para parar el juego ante dos esqueletos que te están dando la del pulpo, por lo que creo que fue un interesante añadido y un acierto incluirlo.
Y aquí poco más que decir salvo que es un juego más rápido que mantiene la práctica totalidad de las acciones y movimientos de su primera parte.
Y en el apartado sonoro uno no puede si no quitarse de nuevo el sombrero y alabar la calidad y épica de las piezas que suenan. No puedo hacer el sacrilegio de intentar evaluar ambas por separado: Golden Axe I y II forman parte del pináculo sonoro del sistema en particular y de toda una generación en general. Hay algún efecto sonoro que suena un poco raro y descolocado, pero es que la primera parte ya los tenía (esos niños chillando del segundo nivel...).
¿Y todo esto cómo se resume? En resumidas cuentas y hablando en plata, que Golden Axe II es el mejor para pegar guantazos y hostias como panes, pero en cuanto a andar y disfrutar del camino creo que hay que acudir a su primera parte.
Aún así se trata de un juego obligatorio, un ariete del sistema en conversaciones de antaño y de recuerdo y una obra totalmente disfrutable y fresca aún hoy en día. Ineludible.
Un abrazote