Mi relación con la saga Turrican es, cuanto menos, escueta. Los llevo viendo por todo desde hace décadas: Ordenadores de 8 y 16 bit, consolas portátiles, consolas sobremesa de 8 y 16 bit, recopilaciones en máquinas modernas...están por todo. Y aún así, a lo único a lo que le había dado hasta ahora seriamente es a esa inspiración del “Turrican II” algo decepcionante y descafeinada llamada “Universal soldier” de sega Mega Drive. Es muy raro viniendo de mi que una saga tan consagrada de Run&Gun y plataformas no me hubiera llamado la atención...hasta hace unos meses.
Mega turrican se programó en 1993 pero hasta 1994 no vio la luz. Les costó tanto encontrar publisher a los germanos de Factor 5 que, entre medias, el port de amiga apareció antes que su original quedando en el imaginario colectivo que este Mega turrican de SEGA era el “la copia”.
Pues no amiguitos, este de Mega Drive era el primigenio. Y no debió vender mucho: servidor tiene una hobby consolas de apenas unos meses después en las que ya aparece el título en el centro mail a las 2990 ptas típicas de las ofertas de la época (joder, quién las pillara) y es que ni publicidad recibiría el pobre.
Y no queda aquí la cosa: lo de los derechos de esta saga fue tan marciano y bizarro que los mismos factor 5 los recuperaron no hace mucho y ahora lo explotan a su antojo. Si no os importa no tener un juego de época -u os da remordimientos gastaros 300€ en uno que piden actualmente-, podéis comprar hoy mismo un Mega turrican con su licencia oficial de su equipo por 49,90€:
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Bueno, sea como fuere, hablemos del juego.
Mega turrican es la tercera parte de esta saga en las que encarnamos a un hombre con traje metálico en un lore, ojo, que se expande a lo largo de miles de años. Somos la última defensa ante una invasión de alienígenas, la máquina madre y demás colección de enemigos y malvados que, la verdad, aun no tengo muy claro de dónde salen. Minispoiler: Al final sale el primo de Marbella de Galactus.
En definitiva, el contenido del párrafo anterior es una escusa para plantarte un Run&Gun con mucho elemento plataformero y de exploración. Y aquí reside su principal elemento diferenciador respecto del resto de Run&Gun de Mega: el juego te entierra en vidas extras y power ups si dedicas tiempo a explorar secretos más o menos evidentes. Acostumbrado a juegos en los que uno sólo tiene que preocuparse de pegar tiros y de patrones de enemigos este tipo de diseño ha sido un soplo de aire fresco incluso hoy en pleno 2022.
Para ello disponemos del típico gancho, marca de la casa, que nos ayudará a acceder a las zonas a priori inaccesibles. Pese a que su uso una vez controlada su peculiar física es muy satisfactorio, la verdad es que está bastante infrautilizado a lo largo del juego. Sorprende, por ejemplo, que apenas se use en un o dos bosses de los más de 12 que hay.
Gráficamente se trata de un juego espectacular. Cada mínima eliminación de un bichejo o elemento genera un número elevadísimo de sprites de feedback y fuego a mansalva que visibilizan las acciones de tu destrucción al paso. Los escenarios en apenas 5 niveles están llenos de efectos gráficos, planos de scroll y virguerías técnicas propias de un equipo talentoso que, pese a trabajar poco con Mega Drive (su obra más famosa del sistema fue su notable conversión del ISS Deluxe de Konami), le tenía bien pillado el truco al hardware. Hay alguna ralentización ante ese espectáculo de explosiones pero, para nuestro goce y disfrute, ocurren muy contadas veces.
La música se basa en piezas más melódicas y pausadas, en contraposición a las típicas cañeras y machaconas de otros Run&Gun de la época, que acompañan de maravilla este gran mezcladito de acción y exploración. No me parecen tan acertados los efectos ya que apenas hay feedback sonoro a esa ristra de píxeles de fuego que generamos a nuestro paso, pero cumplen.
Pese a su limitado número de niveles el juego planta suficiente variedad de situaciones (típicas de la época hay que decirlo, como son un nivel de agua con nado, nivel de aire con plataformas entre aviones o un tren alienígena) a lo que añadimos el tiempo, ese enemigo en la sombra que nos recuerda que no nos liemos mucho buscando por el escenario si no queremos morir por el contador.
Título de partida rápida que puede terminarse en 40/50 minutillos y que premiará al jugador que haya explorado y recopilado gran número de vidas. El juego, sin ser el pináculo de la dificultad de los juegos de 16 bit, tiene un cuarto nivel que pasa en el trastero de H. R. Giger con un pico de dureza muy elevado respecto al resto. Si has llegado hasta aquí flojo de vidas o te matan más de dos veces seguidas (perdemos el power up acumulado de nuestras armas) estás sentenciado. El juego te fuerza a avanzar poco a poco, controlar muy bien el rango de ataque de los enemigos de ese nivel y a utilizar el poder de convertirse en bola -hola, Samus- y las bombas globales de forma comedida y estudiada. Una auténtica pasada de nivel, la verdad.
Lamentablemente sobre los bosses no tengo tantas cosas buenas que decir: están realmente poco inspirados, apenas tienen un par de patrones y sorprende la desidia con la que parieron alguno de ellos como el boss del nivel 3, que es un gancho que mueve basura. Es, sin duda, el punto flojo del juego.
Pero que este último párrafo no te desanime. No todo el mundo es Konami o Treasure diseñando bosses. Aunque sea un juego que esté en una liga por debajo de los top de la plataforma y de mi santa trinidad (probotector, Gunstar y Alien soldier) puede defenderse cómo un notable título de acción, de calidad incuestinable, con personalidad abrumadora, lleno de momentos que casi tocan a los grandes y, en definitiva, de partida exigente y satisfactoria. Un grandísimo juego bastante desconocido.
Uno no puede si no lamentarse de que un juego así haya tenido el poco impacto que tuvo. Hoy, y estoy seguro que a muchos de vosotros os pasa, es el perfil de juego con el que más disfruto: juego que ponga a prueba mi habilidad y que me fuerce a jugar concentrado durante no más de una horita. El punto dulce entre el jugador “enviciao” y la persona con responsabilidades fuera de su hobby. Apenas tengáis oportunidad, darle fuerte.
Un abrazote,