The Adventures of Batman & Robin (1995) es un título que se presta a que uno pueda hacerse una idea contraria y preconcebida de qué va a encontrarse en su partida. Si uno se fía de los juegos basados en series animadas de la época puede pensar que se trata de un juego fácil y accesible. Primer error.
Si uno coge el manual y lee que le esperan 4 escuetos niveles puede pensar que se trata de un mero trámite, de un juego sin contenido y algo totalmente olvidable. Segundo error.
Si a eso le sumas que la primera partida es una hostia de realidad -es un juego realmente duro- la idea que se crea para el jugador de acción habitual -al menos fue mi caso- es la de que aquí, ante unos escasos contenidos se decidió hacer un juego muy difícil para que no nos lo pasemos en una semana. Hacer un Comix zone, vaya. Y este es el tercer y último error.
Entonces la realidad llega, nos golpea y nos abraza en su áspero pero reconfortante regazo. Y es que, al igual que sus protagonistas y la grandísima serie que se basa, uno se da cuenta de que The Adventures of Batman & Robin es uno de los tapados del sistema y uno de los mejores ejemplos de lo que mejor supo hacer MegaDrive: Run&Gun’s espectaculares que confiaban en las habilidades de un jugador que crecía a cada nueva partida y muerte.
Juego crepuscular de 1995 que compartió cartel con títulos como el mencionado Comix Zone, Donald in Maui Mallard o Alien Soldier. Los últimos coletazos de un sistema que aún tenía que dar un par de golpes, sobre todo en lo técnico. Y este juego es un gran ejemplo de ello: es, posiblemente, el juego más puntero en el uso de técnicas gráficas y virguerías visuales de todo el sistema.
Empezando por esa intro animada que parece sacada directamente de uno de sus geniales episodios, pasando por la sensación de profundidad en los edificios, tanto en el plano horizontal de los niveles estándar como en el vertical en esa fase de shooter -puro bullet hell-, las rotaciones de sprites que sirven de escenario en algunos bosses cual modo 7 y acabando en la infinidad de sprites y explosiones que puede pintar en pantalla. En ese sentido hay que irse a otros pesos pesados técnicos como Red Zone para ver un virtuosismo similar. Aunque hay que decir que el coste a todo este festival del pixel es el de presentar unos personajes que, aunque muy bien animados, son algo pequeños. Pero es totalmente comprensible ante los límites de la máquina en la que se ejecutaba.
Se juega con dos botones. Pegar/disparar y saltar. Simple, sencillo y directo. Otro ejemplo de aquello del “fácil de jugar pero difícil de dominar”. Si mantenemos apretado el botón de disparo el personaje se queda en el sitio atacando a distancia en forma direccional, pero si lo apretamos cuando hay un enemigo cerca da un golpe a lo beat’m up. Esta dualidad en la acción -Gunstar heroes ya hacía algo similar a la hora de lanzar los enemigos- unida al gran número y velocidad de enemigos hace que el juego no perdone ni un fallo en el timing de los golpes. La patada en el aire se efectúa saltando dos veces, lo que bien usad puede utilizarse para llegar más lejos de forma horizontal. Y con ese ABC de los movimientos uno ha de enfrentarse a la horda salida de Arkham.
Ya su primer nivel, el cumpleaños del Joker, es realmente duro y toda una declaración de intenciones. Pero que semejante montaña de primeras no os abrume, se trata de un juego que conforme uno va adaptándose a su jugabilidad, a la perrería de sus ítems y a los patrones de los ataque de sus espectaculares bosses se va prosperando y auto-satisfaciéndose a cada nuevo avance y logro. Si eres capaz de terminar ese primer nivel, tienes lo que hay que tener para terminar todo el juego: pasa a ser una cuestión de tiempo y constancia.
El único pero serio que puedo ponerle es en la duración: Ríete tu de los 4 niveles...los hay con 4 subfases cada uno y alguna de más de la decena de minutos de duración. Es un juego cuya partida, sobre todo si te matan y continuas en alguno de esos niveles que duran más de 10 minutos, puede irse tranquilamente a las 1:45 horas. Siempre he pensado que el punto dulce en estos juegos estaba en la horita de partida. Si hubieran eliminado secciones de aviones en la fase shooter, payasos en el cumpleaños del joker y mini-robots en la del sombrerero loco a la mitad hubiera quedado un juego mucho más redondo y atractivo para el “una más”.
A nivel sonoro destaca la sensación de alarma y taquicardia que acompañan sus melodías. Sus efectos recuerdan al de otros juegos de acción lateral -hay una explosión que juraría que es la misma que usa el Robocop vs Terminator- que sin ser la panacea cumplen de sobras en el acompañamiento visual de la acción.
El resumen es que tengo muy clara una cosa: si este juego hubiera salido en el 92 y hubiera sido algo más corto y accesible estaríamos hablando de unos de los top del sistema en cada lista que creara la comunidad. Pero la realidad es la que es: salió cuando Mega Drive se estaba despidiendo de los estantes, vendió media mierda, estaba basado en una grandísima serie ya de relativo nicho y para colmo era de claro perfil hardcoreta. Lamentablemente no suele salir por casi ningún sitio...salvo aquellos que nos criamos con Bill Rizer y compañía.
Pero no está mal que existan los tapados. De repente alguien los descubre por casualidad y se da cuenta que son o bien esos millonarios solteros y guapos que tod@s desean o, ese JUEGO que va a poner a prueba cada una de las agallas de tu cuerpo y alma a cambio de la vanidosa auto-complacencia como premio.
Un abrazote